Escuela Infantil Alevines (Cartagena)

Mi experiencia con esta guardería (que es lo que a mi me parece que es) no podría ser peor. Mi hijo no dejo de llorar todos los días al ir a clase durante el mes y medio que asistió. El hecho de no tener suficiente actividad le generaba ansiedad y mordió a algún compañero. Toda la culpa de esta situación recaía sobre nosotros y, lo que es peor, SOBRE EL NIÑO que tenía quince meses. Decían que mordía con mala idea, que nosotros le habíamos enseñado a morder y le castigaban atado en el carro durante diez minutos o mas.
Los desacuerdos con la forma de "educar" hicieron que cambiáramos de centro y en menos de una semana el niño iba tan feliz. No ha mordido a ningún niño en la nueva escuela. Ahora no quiere salir del centro, siempre se entretiene con algo para estar un ratito más. Por cierto, es una escuela infantil pública, que ahora son las que recomendaría a cualquier padre.
Es una pena que no exista en España una inspección eficaz y una vía para que los padres puedan expresar sus quejas a la administración fácilmente y de esta manera encontrar soluciones a los problemas. Que un centro de este tipo (concertado) tenga que quedar desierto, para que se cierre y se pierda ese servicio en el barrio por los errores puntuales de unas personas no es justo.