IES San Mateo (Madrid)

matemáticas, debate, etcétera, ya los ganaban en sus centros donde estudiaban antes. Las notas de sobresaliente en el San Mateo también las sacaban antes de entrar. Y la nota  «media» en la fase obligatoria de EVAU de 8,57 la sacan a alumnos con una nota de admisión «mínima» a este instituto de 9,1 en el expediente de la ESO (nótese la diferencia input-output). 
El punto fuerte del instituto es el «efecto compañeros», todos los alumnos son trabajadores y a nadie le gusta quedarse atrás; esto hace que la maquinaria ruede sola. Se forma un pelotón compuesto por frikis de algún tema, empollones interesados en las notas y «normales». Desde luego a nadie se le señala porque estudie y en algún grupo se encaja donde poder relacionarse. Con estos mimbres buenas cestas.
No son nada raras las clases particulares para los de atrás del pelotón, porque las notas infladas de los centros concertados y privados cuelan injustamente, por delante de otros que se lo merecerían más, a sus alumnos no siempre preparados para tanta tralla.

Las clases son muy convencionales, con profesores con experiencia que dan su clase sin más; hay alguna excepción de profesor que pudiera considerarse inspirador.
Las Tardes del San Mateo se dedican a temas académicos de lo más variado; en algún caso pueden despertar el interés por alguna materia a alguien, si no lo tenía ya previamente. Están abiertas a todos los alumnos con la excepción del grupo de teatro porque no te puedes apuntar si antes no has hecho teatro pues el objetivo es ganar premios en certámenes y no de formar a los alumnos.
Se realizan intercambios lingüísticos.  También viajes al final de curso con alguna intención académica y con el meritorio acompañamiento de profesores, no es el típico viaje a la playa con los monitores hippies de la empresa que organiza el evento. Se mima a los alumnos de letras, estos a Roma y los de ciencias a Córdoba.
Algunas asignaturas cuentan con una hora más que en un instituto cualquiera: en Matemáticas se da una hora más a la semana en primero y en segundo, y en caso de Física y Química son dos horas más en primero de bachillerato. Se ofrece solo francés y alemán como asignaturas optativas. 
En los proyectos de investigación se demuestra la capacidad de síntesis y análisis de trabajar con una bibliografía. Cuando los proyectos tienen una parte experimental es porque algún familiar del alumno es profesor/a (o limpiador/a) de alguna universidad y tiene acceso a un laboratorio o conoce a alguien que lo tiene, o hay bases de datos con las que trabajar en la empresa de su madre o padre: proyecto hecho, guay. Los profesores, algunos con un doctorado, hacen lo que pueden; en el caso de un profesor, este va más allá y se lanza a «animar» el cotarro diciendo que investigar en España no merece la pena.
Los profesores ante alumnos tan máquinas repiten en segundo de bachillerato «esto no es una academia de EVAU», ¡bien dicho!, pero de ahí se pasa a una libertad de cátedra temeraria, algunos ejemplos de segundo de bachillerato: 
- en Matemáticas, aunque la asignatura funciona bien, se amplia la materia, por ejemplo con el enjundioso teorema fundamental del cálculo que se aprende a aplicar «mecánicamente», es sabido que esto no está en el temario de bachillerato ni de EVAU y se podría aprovechar mejor un tiempo que no sobra.
- en Lengua y Literatura hacer un reparto desproporcionado con poca lengua (el temario de la asignatura incluye el análisis sintáctico que no se practica suficientemente y no se dan algunas partes como las figuras literarias) y mucha literatura en donde el profesor gusta de «hablar de cosas» tirando del hilo de aquello que se le cruza en su tortuosa senda discursiva.
- en la asignatura de Historia donde hay que aprender de memoria dedicando un sinfín de horas apuntes (y resúmenes de apuntes de un alumno de otro año cuidadosamente pasados al ordenador). 
- merece mención aparte la asignatura de Química, donde  la profesora convierte lo complejo en complicado a base de dar clases teóricas sin ejemplos y repartir hojas de problemas que se se corrigen en una mínima parte pero que hay que aprender a hacer «buscándote la vida», porque, sí entran en el examen, claro. Se convierte en una asignatura sin ideas donde solo se aplican recetas.
Estas «cosillas» no tendrán consecuencias en estos súper alumnos, ¿no?  No siempre, y todo esto tiene un coste que algunos pagan caro en la EVAU. 
Me gustó la frase del director, en las puertas abiertas en abril de 2021 y que repitió en la ceremonia de graduación de 2023, algo así como: «El San Mateo solo es un instituto con profesores que quieren enseñar a alumnos que quieren aprender», creo que lo es, pero esperaba más. 
Por lo bueno que tiene este instituto y el bachillerato de excelencia: «¡Vivat IES San Mateo!».

Cursé un año aquí. El instituto no esta mal, sin embargo deberían echar al director. No tiene ni idea de como gestionar un centro, se nota a la legua que está enchufado. En fin, aunque sea de la EXCELENCIA, en cuanto a los valores que se transmiten y que a veces se quedan impresos en algunos alumnos, que no tienen las cosas muy claras, no son las más deseables si no quieres ser alguien competitivo o niño burbuja.
Quiero precisar que no todos los profesores se comportan de esta forma, sin embargo considero que un par de profesores, así como el director, son figuras suficientemente imponentes como para influir.